No sé vosotros, pero yo si hay algún momento que me da pánico, que digo pánico, ¡terror! es el de la mudanza. He perdido la cuenta de las múltiples mudanzas que he tenido en mi vida y no consigo acostumbrarme a ellas.

He pasado por todo tipo, desde esas en las que papá está cerca y te puede ayudar cargando el coche hasta arriba. Hasta esas en las que estás en el polo norte (literal), pagas sobrepeso, envías algún paquete previo e incluso terminas dejando allí un montón de cosas de tu vida, porque precisamente tu vida no cabe en tres cajas y un par de maletas.

Y ahí van mis tips para sobrevivir a una mudanza:

-Ya has pasado lo peor, ¡encontrar piso! Sobre todo si estás en Madrid, da igual que lo busques sola o acompañada, encontrar un piso adecuado a tus necesidades es una verdadera locura.

- Planifica y sé muy organizada. No quieras dejarlo todo para el último día o te entrarán todos los males. Hazte esa típica nota en la que ir  tachando acciones realizadas. Hazla a colores, en un folio bonito e incluso ponle pegatinas cursis. Pero eso sí, tomátelo con calma, mucha calma.

- Contrata a un servicio de mudanzas, no te pegues la gran paliza ni hagas que se la pegue nadie de tu entorno. Puede resultar tremendamente agotador.

- Aprovecha a deshacerte del montón de cosas inútiles que vamos acumulando en nuestra vida. Los mejores recuerdos están en nuestras memorias y en nuestras fotografías.

- Es el momento de ¡vender tu armario! Yo tengo muchísimas prendas de las imágenes superiores, ¡y más, algunas incluso sin estrenar! en mi armario en Chicfy.

- Organiza las cajas de forma inteligente. Yo agrupo las cosas por estancias, dándole prioridad a aquéllas que sé que voy a utilizar próximamente.

- Si tienes vajilla, muebles o incluso algún electrodoméstico, puedes intentar venderlos en alguna web de segunda mano o ponerte en contacto con alguna asociación de ayuda a necesitados de tu barrio o comunidad, ¡seguro que encuentran un hogar para todos ellos!

- Piensa en esa primera noche en tu nuevo hogar, ese olor a limpio y nuevo, esa sensación de nervios de que lo mejor, siempre está por llegar. Y.... ¡Feliz Mudanza!